martes, 4 de octubre de 2016

Factores que determinan el requerimiento de energía

Las necesidades de energía  de los individuos están en función del gasto energético y de los ajustes
requeridos para atender a circunstancias tales como el crecimiento, el embarazo, la lactancia u otras.  Dosis
de energía mayores o menores que las necesarias están asociadas a determinados efectos perjudiciales.  De
allí que para una clase de individuos similares (en cuanto a edad, sexo, peso o actividad física) se utilice como
descriptor de esas necesidades al promedio de las necesidades energéticas individuales.  La unidad de medida
de la energía más utilizada es la Kilocaloría, que representa la cantidad de calor necesaria para elevar la
temperatura de un kilo de agua de 15 a 16 grados Celsius a nivel del mar.
Los principales determinantes del gasto de energía son la Tasa de Metabolismo Basal (TMB), la
actividad física y el crecimiento.


La TMB es considerada el componente principal del gasto energético, la que se puede medir con
exactitud en condiciones normalizadas, vale decir, en estado posabsortivo y de reposo absoluto del sujeto en
un medio termoneutro.  Así medida, la TMB resulta aproximadamente igual al gasto energético durante el
sueño.  A su vez, la TMB de cualquier individuo depende sobre todo del tamaño y la composición del cuerpo y
la edad.  Aunque las relaciones entre aquella y estos factores son complejas, a efectos prácticos se considera
que el índice más útil de la TMB es el peso corporal.


Otro determinante es el grado de actividad física desempeñado por los individuos.  El Informe
FAO/OMS/UNU(1985) clasifica las actividades en ocupacionales y discrecionales.  Las primeras son las que
se consideran esenciales para el individuo y la comunidad y se subdividen en ligeras, moderadas y pesadas o
intensas, según el gasto de energía que representan.  Las actividades discrecionales, en tanto, son las
desempeñadas fuera de las horas de trabajo, pero que por contribuir al bienestar físico e intelectual de las
personas no se consideran dispensables.  Estas se clasifican, a su vez, en tareas domésticas opcionales,
actividades socialmente deseables y actividades para la aptitud física y el fomento de la salud.
El último determinante es el crecimiento y tiene dos componentes: el valor energético del nuevo tejido
formado y el costo energético de sintetizarlo.  Este factor no requie re ser estimado con mucha precisión  -
salvo en el caso de los bebés y durante la lactancia - ya que el crecimiento humano es un proceso lento que
absorbe una pequeña proporción de las necesidades totales de energía.

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